miércoles, 30 de abril de 2008

Libros perdidos


El día de ayer, 29 de abril, fue aprobada en la Cámara de Senadores la la Ley de Fomento para el Libro y la Lectura, que obliga a todos los vendedores de libros y publicaciones en el país a tener un sólo precio (precio único) en cada producto. Lo que se pretende con esta medida es hacer más acequibles los libros al público y contribuir al fomento de la lectura entre los mexicanos.

A la par de esta resolución, se tiene que, en México existen un poco más de 1,200 librerías en todo el país; la mitad de las cuales se encuentran en el Distrito Federal y la Zona Conurbada del Estado de México. Existen entidades donde el número de librerías es ínfimo: Veracruz tiene 74 librerías, Campeche sólo 4 mientras que Colima sólo tiene 2.

Ante esta panorámica cabe hacer la pregunta: ¿realmente propicia esta ley que los mexicanos leamos más? Esto porque, al hacer que las librerías tomen un precio único para sus productos, habrá que ver si se consideran los gastos de compra, de envío y traslado de los libros a cualquier parte de la república, que es lo que provoca el encarecimiento de éstos en regiones lejanas y de poco abastecimiento. Si no se consideran, entonces están poniendo en grave riesgo la subsistencia de las pequeñas librerías, que son la mayoría y que, en muchos estados, son las únicas que tienen presencia, porque no son mercado para las grandes cadenas.

Por otro lado, que sentido real tiene que se establezca un precio único para los libros si el pueblo de México NO LEE. Quizá este programa haya dado excelentes resultados en Francia y España, donde está implementado; pero recordemos que, el número de librerias por habitante difiere mucho entre esos países y el nuestro, lo mismo la cantidad de libros publicados y las ventar por año, porque en aquellas regiones SI SE LEE.

Desde mi perspectiva, como en tantas otras ocasiones, están atacando el problema de forma y no de fondo. Primero se debería de crear el hábito de la lectura en las personas y después buscar estrategias para que más personas tengan acceso a los libros, porque ¿de qué sirve que los libros tengan un precio único, si no hay lectores que los adquieran?

P.D. Feliz día del Niño

Citas de la semana

Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de tener talento.
Jacinto Benavente

Quien cambia felicidad por dinero no podrá cambiar dinero por felicidad.
José Narosky

La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora.
José Ortega y Gasset

jueves, 24 de abril de 2008

Citas de la semana

Si la vida te presenta razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y un razones para reir. (Anónimo)

Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón. (Jorge Luis Borges)

Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo. (Julio Cortázar)

Una de pepito...

Padre, he pecado. Anduve con una mujer de vida ligera.

El cura le pregunta: ¿Eres tu Pepito?

Sí, padre, soy yo.

¿Y con quién estuviste?

No padre, se dice el pecado pero no el pecador.

Mira Pepito, tarde o temprano me voy a enterar, así que mas vale que me lo digas ahora. ¿Era Teresa García?

Mis labios están sellados, padre.

¿Era Patricia Rodríguez?

Jamás lo sabrá padre.

¿Era María González?

No diré nada padre.

¿Era Mariana Sánchez?

Padre, no insista.

¿Era Karina Otero?

¡Padre no entiende!, esto no tiene sentido.

El cura chasquea los labios con exasperación y dice:
Eres un cabeza dura Pepito, y en el fondo de mi corazón admiro tu reserva, pero has pecado y debes tener tu castigo: 20 Padre Nuestros. Ve con Dios, hijo mío.

Pepito vuelve a sentarse en el banco de la iglesia. Su amigo Pascual se le acerca y le dice: ¿Y, resultó? ¡Síííííí!, ya tengo el nombre de cinco viejas calientes.

lunes, 21 de abril de 2008

La edad de un chino

Lu Dse Yan enamoraba a la hija de un funcionario de estado; pero la muchacha tenía quince años menos que él. Lu Dse Yan no era viejo precisamente, contaba 30 años, y era un joven erudito autor de un tratado sobre cómo evitar las inundaciones en los campos.

—Lo que pretendes es imposible —le dijo un día Lin Po, la hija del funcionario—; yo tengo 15 años y tú, 30. Demasiadas primaveras nos separan.

—Realmente no es mucha diferencia —contestó Lu Dse Yan—; cuando tú tengas 25 años, yo tendré 40, y la gente no podrá menos que alabar la buena pareja que formaremos.

—Cuando tú tengas 45 —respondió la muchacha—, yo tendré 30, y la gente no podrá menos que decir “mira qué pareja: ella joven y el viejo”.

—Cuando tú tengas 45 —afirmó el joven erudito—, yo tendré 60, y para entonces no habrá quien sospeche de la diferencia entre nuestras edades.

—Cuando tú tengas 65 —dijo de nuevo ella—, yo tendré 50, y deberé ayudarte a caminar.

—Cuando seas tú la que tenga 60, celebraré yo mis tres cuartos de siglo llevándote al Templo de Confucio en Ch’u-fu.

—Si llego yo a esa avanzada edad —contestó ella— tú tendrás ya 90 y deberé alimentarte como a un niño.

—De cumplir tú los 85, seré yo quien te ilumine con Tao.

—Para entonces —respondió la dama—, estarás en los cien años, y pasarás el tiempo tendido al sol, sin ánimos para nada.

—Entonces terminó Lu Dse Yan— la gente habrá dejado de pensar en la diferencia de edades, y sólo exclamará: “mirad a ese viejo erudito y a su vieja mujer: ambos se cuidan y se aman como si fueran novios.” Y entonces el Nieto del Cielo y la Doncella Tejedora, al juntarse en el séptimo día de la séptima luna en la Vía Láctea, harán que podamos quedar como marido y mujer de encarnación en encarnación.

Tomado de Crónicas del Reino del Dragón Eterno, siglo XIII
Citado por Álvaro Menén Desleal en Cuentos breves y prodigiosos
Referido en El libro de la imaginación de Edmundo Valadez

miércoles, 16 de abril de 2008

Citas de la semana

- Si la vida te da la espalda... al menos tócale el culo

- Pobre no es el hombre cuyos sueños no se han realizado sino aquel que no sueña.

-Nuestros destinos se cruzaron, pero jamás se unieron.

martes, 8 de abril de 2008

Ya sabemos que hacer...

Dicho en Internet

Yo tengo un sueño muy liviano, y en una de esas noches noté que había alguien andando sigilosamente por el jardín de la casa. Me levanté silenciosamente y me quedé siguiendo los leves ruidos que venían de afuera, hasta ver una silueta pasando por la ventana del baño. Como mi casa es muy segura, con rejas en las ventanas trancas internas en las puertas, no me preocupé demasiado, pero estaba claro que no iba a dejar al ladrón ahí, contemplándolo tranquilamente.

Llamé a la policía e informé la situación y di mi dirección. Me preguntaron si el ladrón estaba armado; de que calibre era el arma si estaba solo etc. o si ya estaba dentro de la casa. Aclaré que no y que de las características del arma no sabia nada, Me dijeron que no había ningún patrullero para ayudar, pero que iban a mandar a alguien en el momento que fuera posible. Que si pasaba algo que volviera a llamar.!!!!!

Un minuto después llamé nuevamente y dije con voz calmada: Hola, hace un rato llamé porque había alguien en mi jardín. No hay necesidad de que se apuren. Yo ya maté al tipo con un tiro de escopeta calibre 12, que tengo guardada para estas situaciones. Y el tiro se lo pegué en la cabeza!... le volé la cabeza y ahora sus sesos están regados por el jardín...

Pasados menos de tres minutos, había en mi calle 5 patrulleros de la Policía Federal Preventiva; un helicóptero de la PGR ; 1 unidad de bomberos, el defensor del pueblo; 2 patrullas de la AFI, un equipo de reporteros de Televisión; fotógrafos y un grupo de los derechos humanos, que no se perderían esto por nada del mundo.

Ellos agarraron al ladrón in fraganti, quien estaba mirando todo con cara de WHAT (asombro). Tal vez él ladrón pensó que era la casa del Jefe de Policía. En medio del tumulto, un Oficial se aproximó y me dijo:

Creí que había dicho que había matado al ladrón.' Yo le contesté: 'Creí que me habían dicho que no había nadie disponible.'

!!!!Viva MÉXICO, chingao!!!!!

ES UN HECHO REAL

miércoles, 2 de abril de 2008

Cuentos Cortos

Mala Suerte

Chang Tzu habla de un hombre tenaz que, al cabo de tres ímprobos años, dominó el arte de matar dragones y que en el resto de sus días no dio con una sola oportunidad de ejercerlo.

El Adivino

En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le pregunta si será reprobado o pasará. El candidato responde que será reprobado.

Jorge Luis Borges